Enrique seguía las indicaciones que se le habían dado.
Saliéndose de la interestatal 10, había tomado la carretera 90 y ya tenía un largo rato conduciendo sin haberse topado con nadie. Absolutamente nadie. Ni vehículos, ni casas, sólo el camino que se perdía en el horizonte.
...
viernes, marzo 30, 2007
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario